5 may 2013

Yo no vi a Obama


Esta semana que recién termina, fue una de las más intensas que he vivido. Y probablemente la más especial, profesionalmente hablando, desde que soy reportera. 

Lo primero que ocurrió fue el estreno del nuevo noticiero: Noticias Monumental, la noticia a su alcance. Un formato más perfeccionado, más profundo, más cuidado y minucioso de hacer las noticias y presentarlas de manera más amena, con énfasis en la conversación y la cercanía. 


A mí me tocó presentar, junto a mi jefe Randall Rivera, la primera emisión de este noticiero. Espero con el paso de los días, ir agarrando más confianza y lograr suficiente seguridad para intervenir en radio o en tele, tal y como lo haría Alejandra Oraa de CNN. 

Lo siguiente que pasó fue la cobertura especial del 1 de Mayo desde la Asamblea Legislativa. Se trata de una jornada periodística que inicia a las nueve de la mañana y finaliza a las nueve de la noche. Son doce horas de corre corre, buscando entrevistas de diputados y líderes políticos para hacer un análisis del contexto político del Congreso durante la elección de su nuevo Directorio. 


Y finalmente, la semana acabó con uno de los eventos más espectaculares que le corresponda cubrir a cualquier reportero: La celebración de la cumbre de presidentes del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) con la visita especial del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. 

Debo decirlo: Yo no vi a Obama. Y sí, lloré con amargura por haber trabajado tanto sin poder verlo ni de lejos. Ya les cuento por qué. 



El caso es que la redacción fue dividida y a mí me tocó cubrir desde el Teatro Nacional, la cena entre mandatarios celebrada el viernes a las siete de la noche. 

No obstante, llegamos a las once de la mañana y nos ubicamos en el perímetro correspondiente a prensa, frente al Hotel Costa Rica, en la Plaza Mora Fernández. Allí estuvimos todo el día, haciendo salidas con información sobre el ambiente. Hasta las cinco y media cuando empezaron a llegar los mandatarios de Centroamérica. 

A las siete empezó la cena y nos dimos cuenta que Barack Obama había entrado, sin que nadie supiera, por una puerta lateral acondicionada especialmente para la delegación estadounidense. Por ahí mismo salió, y yo no vi nada. 

No obstante, conocí a los presidentes: Porfirio Lobo de Honduras; Otto Pérez Molina de Guatemala que tenía muchas ganas de hablar con la prensa (dicen que sólo atiende a los periodistas cuando está fuera de su país); Ricardo Martinelli de la hermana República de Panamá; y mi querido Mauricio Funes, quien además de Presidente de El Salvador es periodista. 


Daniel Ortega de Nicaragua sólo saludó con la mano, al mejor estilo de una reina de belleza. Y Danilo Medina de República Dominicana y el primer ministro de Belice, Dean Barrow, ni siquiera miraron a los periodistas. 

Fue una experiencia única.  Compartir espacio con reconocidos periodistas de medios internacionales y nacionales. Conversar con amigos y colegas. Hacer nuevas amistades mientras soportábamos el calor del sol, la lluvia, el hambre, el frío, el dolor de piernas y de espalda (por permanecer tanto tiempo de pie), con tal de tomar unas fotos y grabar las declaraciones de políticos tan importantes, es algo que nunca olvidaré. 


A pesar de nuestros trajes elegantes, los tacones y el maquillaje, se trató de una cobertura muy poco glamorosa, porque cuando de acceder a la noticia se trata, se nos olvida la elegancia y el tupé.  

La semana acabó ayer sábado, en una guardia muy especial, atendiendo el nuevo sitio web que me encanta. Llegué a casa a las nueve de la noche, y aún no me creo que haya sido partícipe de una semana periodística tan emocionante. Es un sueño hecho realidad. Y eso que YO NO VI A OBAMA. :(

P.d: En todas las fotos tengo la misma ropa, aunque fueron tomadas en días diferentes, porque era nuestro uniforme para la coberturas de esta semana. 

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