Este año, como ya he escrito en otro momento, ha sido simplemente maravilloso. Lleno de bendiciones y de éxitos, que lo único que me cabe es estar sumamente agradecida con Dios por tantos regalos.
El pasado 13 de Febrero, y al mejor estilo San Valentín, celebré dos cosas: El Día Mundial de la Radio (que es algo así como mi cumpleaños) y la defensa de mi tesis de Licenciatura en Producción Audiovisual: Fundamentos para la Elaboración de Manuales de Estilo para Diarios Digitales.
En la defensa estuvieron presentes el tutor de mi tesis, Francisco Valerio; los lectores Borís Ramírez y Manuel Monge; mi jefa doña Mishelle Mitchell, mi amigo Felipe Sotela y la más importante, mi mamá.
Mi mamá es mi mejor amiga, mi consejera, mi guía, mi compañera incondicional, y también, la que siempre ha estado presente en los momentos más importantes de mi vida.
Los lectores y el tutor, al final de la exposición se limitaron a felicitarme. Eso fue increíble.
Que mi jefa se haya tomado el trabajo de acompañarme, es uno de los gestos más fabulosos que alguien haya hecho por mí. Yo admiro montones a doña Mishelle, y contar con su apoyo es una bendición en mi vida. Espero no haberla matado de aburrimiento.
Mi mamá por su parte casi se pone a llorar o le da un paro del estrés y los nervios. Creo que ella se puso más contenta que yo misma cuando me dijeron que ya era Licenciada.
Lo único que lamento fue que muchos amigos a los que invité no pudieron llegar por asuntos laborales y que mi papá Miguel Lahoz y mi novio no hayan estado ahí. :(
Supongo que el verdadero valor de esa defensa consiste en dos cosas: 1. Liberarme del peso de un trabajo al que le dediqué dos años de mi vida. 2. Demostrarme a mí misma que podía hacer un trabajo de investigación sobre mi gran pasión, el Periodismo Digital.
Ah y una cosa más. Me demostró que a pesar de que muchas veces me siento sola, hay muchas personas a mi alrededor que me desean cosas buenas.
P.d: Por cierto, la calificación de la tesis fue 100. Doble razón para festejar.